Hablando se entienden las Cosas

El futuro pasa por las interfaces de conversación

mixx.io es una publicación diaria sobre tecnología editada por Álex Barredo. Suscríbete para recibirla en un email todas las mañanas.

Aunque los nuevos Google Home no sean todo lo refinados que desearíamos, Alexa no esté disponible aún en más idiomas y Siri lleve cinco años sin mucha evolución… está claro la voz formará parte del futuro de la computación. Mejor dicho: de nuestra relación con las cosas.

Una comparación sencilla. Los smartphones nos dieron un ordenador capaz de liberarnos de la necesidad de estar sentados y quietos. Vinieron en forma de teléfono porque era la forma en que se podía dar continuación a una tecnología y normas sociales que lo hicieran fácil para la sociedad de consumo. Diez años después, seguimos a atados a una pantalla. Nos deja andar mientras la usamos, pero nos retiene nuestro principal sentido de atención: los ojos. Saber qué hora es, qué notificaciones tenemos y poder responderlas, o hacer consultas sencillas necesitan que miremos al smartphone.

Diez años después de que llegase el smartphone, nuestras manos y ojos siguen atados a una pantalla

Con el smartphone no podemos hacer más que algunas cosas sin mirarlo y sin tenerlo encima, otra gran limitación. No basta con saber donde está el smartphone, ni que el smartphone sepa donde está ni quién eres tú — verificación de identidad — , tenemos que tenerlo en la mano. Y tenemos que mirarlo. Seguimos atados con correa a una interfaz visual y manual.

El futuro pasa por hablar y escuchar. Bien sea con algo que llevemos encima o bien por lo que tengamos en nuestras casas y oficinas.

Con los asistentes virtuales empezamos haciendo preguntas con respuestas sencillas. Fácil. Pasamos la interfaz de consulta y respuesta de texto escrito a voz tras décadas de trabajo en reconocimiento y en síntesis del habla. Lo difícil viene en ser capaz de hilar y dar contexto a nuestras conversaciones en el contexto del momento y de forma permanente. Es lo que denominamos interfaz de conversación: poder interactuar con uno o varios elementos de computación a través del habla natural pudiendo confiar en que “la otra parte” sepa, recuerde e infiera de qué hablamos.

Las conversaciones deberán ser naturales, como entre humanos de nuestro entorno

Tras la presentación de los nuevos iPhone y Apple Watch comenté que los nuevos AirPods eran el producto más interesante presentado ese día. De momento son el segundo dispositivo corporal — wearable — de Apple y seguirán un tiempo necesitando de un smartphone. Pero en breve, estos pares auricular-micrófono serán su propia interfaz para acceder a nuestro smartphone, tablet, ordenador, termostato, bombilla, horno, lavadora, televisor, etc. — Son también una forma de realidad aumentada.

Cuando no podamos o no queramos hablar por motivos sociales — en compañía, durmiendo a un bebé, en una reunión, etc. — o físicos — concierto, lesión, etc. — tendremos a nuestra disposición continuar con nuestra interacciones por medio de interfaces establecidas como la pantalla del smartphone, o nuevas en forma de nuevos dispositivos mudos y ciegos que podamos operar con casi total discreción.

Cuando podamos liberarnos del smartphone, podremos tener un salto individual y social tan o más grande que cuando el smartphone nos liberó del PC. Seguiremos volviendo al smartphone como seguimos volviendo al PC para determinadas tareas, pero cada año serán menos.

Una vez que la tecnología esté implementada y aceptada por la sociedad los nuevos dispositivos de interfaz conversacional estarán tan marcados por sus componentes interiores — más rango, más batería, mejores sistemas de identificación vocal — como por los exteriores: diseño, moda, tendencias. — Veremos a Google, Amazon y otros hablar de ergonomía, de líneas y de movimientos. Les veremos contratar a diseñadores de interiores, arquitectos, historiadores, doctores en medicina, sociólogos y psicólogos para poder avanzar en esta nueva rama de la computación más íntima.

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