El muro tecnológico de Apple

La mayor pista sobre el nivel de seriedad de Apple la tuvimos ayer. Después de meses de negociación para una posible compra, Apple informó a Imagination, su proveedor de chips gráficos —los potentes PowerVR— que dejará de adquirir sus diseños en 15 a 24 meses.

El periodo es lo de menos, se deberá a la estructura de los contratos entre ambas compañías. Basándonos en el paso de la compañía, podemos dar por seguro que el aviso llega lo más tarde posible para evitar dar pistas tempranas a competidores.

Imaginad diseñar un módem sin caer en alguna tecnología ya inventada por Motorola hace 20 años. Ni poder diseñar nada que haya sido aprendido a base de ver los diseños de Motorola del pasado y que pueda ser considerado una brecha de confidencialidad. 

Desde la noticia el valor de la compañía, que cuenta con 1.200 empleados, cayó de 800 a 275 millones de euros al cambio, con una brusca caída de sus acciones en la bolsa londinense. Hace seis años, cuando los primeros pedidos de Apple empezaron a acumularse, el valor de la compañía superaba los 1.500 millones de euros. Apple era, y sigue siendo, el principal cliente de la compañía.

Quizá superior no sea la palabra. Quizá más adaptado a lo que Apple necesita, como cuando pasó a diseñar sus propias CPU para iPhone. Un procesador propio ayudará a separar aún más Apple del resto de fabricantes, que ven imposible competir con la compañía en CPUs móviles hace 2-3 años.

Quizá en el futuro el hardware del iPhone, iPad o los productos que lleguen no compartan piezas con los creados por otras compañías. Apple está aumentando el ancho del foso que separe sus productos de los del resto de compañías.

Hasta ahora era algo de software como sistemas operativos y aplicaciones que se hacen imprescindibles. También con plataformas y servicios como App Store o iCloud.

Apple se está fabricando un muro tecnológico de hardware, software y servicios. Quizá es por ello que Warren Buffet ha invertido tanto en su acción recientemente: por el foso tecnológico-financiero que separa los productos de Apple de la competencia.

Ver la tele en Twitter es el próximo objetivo declarado ya de la plataforma, que negocia con las emisoras poder transmitir su contenido en directo de forma más amplia y no con acuerdos concretos —Wimbledon 2016, jueves de NFL, etc.— desde dentro de la plataforma. Otro acierto de Twitter.

Siguen los preámbulos del juicio de Waymo/Google vs Otto/Uber, en el que se acusa a Anthony Levandowski, anterior líder de la división de vehículos autónomos que fundó Otto en 2015, de robar documentos técnicos. — Ahora sabemos que sus movimientos fundando y colaborando con terceras empresas venían desde 2012.

Se pone todo muy cuesta arriba. Y Uber está centrando su caso de forma independiente a los abogados del propio Levandowski, intentando demostrar que su tecnología de vehículos autónomos es previa a su llegada a la compañía.